Le miro y le veo en esa cama de hospital, tan desvalido, tan dolorido y destrozado por el paso del tiempo, maniatado de ambas manos,( para evitar de que se quite las vías y la mascarilla de oxigeno), y no dejo de pensar que no estamos preparados para morir o ver morir a un ser querido, sólo lo estamos para vivir lo más intensamente que podemos.
Pero a la vez siento una enorme satisfacción, al recordar ,que mi padre ha vivido bien y feliz, haciendo siempre lo que quería a pesar de todo, y rodeado de su familia, su gran tesoro, con un inmenso cariño y amor.
Escribí éstas lineas en su lecho de muerte, ayer nos dejó para convertirse en un Ángel, en mi ángel de la guarda. Ésta noche ya no vendrás a darme dos besos al acostarte.
Te quiero y siempre te querré papá.