jueves, 30 de junio de 2011

MUSEO CALOUSTE GULBENKIAN








La semana pasada durante las vacaciones, realicé un breve recorrido por las ciudades portuguesas de Oporto y Lisboa, que ya conocía, pero que siempre me sorprenden y me agradan por sus buenas y amables gentes,e incluso, porqué no, por su gastronomía.
Esta vez durante mi estancia en la capital lisboeta, aproveché para visitar el Museo Gulbenkian, que me había quedado pendiente hace unos años, y que está emplazado en el parque de Santa Gertrudis, y cuyo edificio es un referente en la arquitectura museológica portuguesa.
El museo reúne una colección de cerca de 6000 piezas, que van desde la antigüedad oriental y clásica hasta el arte europeo de principio del siglo XX, reunidas a lo largo de 40 años por el importante hombre de negocios en el campo de la industria petrolífera,de origen Armenio, llamado Calouste Sarkis Gulbenkian, nacido en Scutari en 1869. Fué un coleccionista de arte, de excepcional sensibilidad y conocimientos, que llegó a Portugal durante los turbulentos años de la Segunda Guerra Mundial en 1942.
Los últimos trece años de su vida permaneció en Lisboa en dónde murió en 1955. Allí creó una Fundación con su nombre, cuyos estatutos fueron aprobados en 1956.Catorce años después de la muerte del coleccionista, su último deseo se cumplió, el Museo Calouste Gulbenkian abrió sus puertas en Lisboa (1969).

Si algún día viajáis a la capital de los Fados, os recomiendo su visita.



Estudio para un retrato de un faraón

Barca solar de Djedhor

Moneda griega

Porcelanas chinas

4 comentarios:

Antonio Gil dijo...

Muy buen reportaje, interesante y técnicamente perfecto. Saludos.

Jesus de Leon dijo...

Cultural reportaje nos muestras, a mi también me gusta visitar los museos.

Un abrazo.

jcabezonalonso dijo...

Me has ayudado a recordar cuando visité el Museo. Confieso que me defraudó un tanto la colección que tenían de arte contemporáneo.
La Fundación ha financiado otras actividades artísticas importantes, por ejemplo el ballet.

Elvira dijo...

Lisboa es muy bonita, dicen. Me tienta. Lo malo es la cantidad de subidas y bajadas, eso hace difícil la visita a menos que estés en muy buena forma.

Y el museo parece muy interesante.

Besos